Nosotras

Paseo histórico por la colectiva

La primera incursión en penales femeniles, la realiza Elena de Hoyos en 2007, en calidad de tallerista de un proyecto de escritura impulsado por el entonces Instituto de Cultura de Morelos y el Instituto de la Mujer del Estado de Morelos, con la metodología de Ethel Krause “Mujer, escribir cambia tu vida”. El Taller fue diseñado para que las mujeres usemos la palabra escrita para reflexionar sobre la condición femenina y descubramos las formas de recuperar nuestro poder. La propuesta tuvo un eco rotundo y las mismas internas solicitaron al Patronato la continuidad de este proyecto, que no tenía precedente y en el cual vislumbraron una forma de romper la invisibilidad.

Desde la primera sesión ese lugar se mostró como un campo fértil para reflexionar colectivamente con las internas sobre las desigualdades de género y las violencias patriarcales que marcaron sus vidas. Estábamos en un buen momento en lo que se refiere a la apertura a proyectos educativos y culturales en los espacios penitenciarios. Así que en esta primera etapa la propuesta de talleres de escritura y de otros proyectos culturales fueron muy bien recibidos y las puertas del sistema carcelario se abrieron. Tres meses después, el Patronato para la reinserción contrata a Elena como editora de la gaceta carcelaria “Y ahora qué sigue...” Si bien esta gaceta estaba integrada a una estructura institucional, dependía de la Secretaría de Gobierno, más como organismo autónomo y descentralizado, no dependiente de la estructura penitenciaria.

En ese periodo hubo una estrecha vinculación de la comunidad artística de Cuernavaca con las mujeres de la prisión. De manera altruista, asistieron a compartir sus talentos y habilidades, bailarines, músicos, escritores y una buena cantidad de artistas que creyeron en formas no violentas de relación con las personas recluidas. Es en esta etapa cuando R. Aída Hernández Castillo inicia su taller de historias de vida, que había de sumarse al trabajo de escritura ya iniciado, y en conjunto con Marina Ruiz Rodríguez, que aporta la modalidad de realizar libros artesanales, se establece el equipo que propicia la fundación de una colectiva editorial.

Al haber un número de mujeres interesadas en continuar escribiendo y haciendo libros, propusimos un taller entre las tres y en esa época fue que se constituyó la colectiva como tal, aunque en ese entonces se llamó Colectiva Editorial de Mujeres en Prisión. Desde su fundación nuestra Colectiva ha estado integrada por talleristas e internas, y conforme fueron saliendo libres, también por mujeres excarceladas. Bajo esa denominación realizamos una colección de plaquettes de poesía en una caja artesanal hecha con café: Mujeres habitando un sueño de libertad (2012) y el libro Mareas cautivas. Navegando las letras de mujeres en prisión (2012), un libro objeto que fue encuadernado a mano en el interior del penal. Igualmente, convocábamos a mujeres externas a integrarse a esta colectividad, apoyando con trabajo voluntario de encuadernación afuera.

El trabajo manual en la elaboración de libros, además de reflejarse en el producto final para el lector, proporcionó un espacio de reflexión y charla. Mientras las mujeres encuadernaban, les leíamos artículos relacionados con la condición de reclusión o compartíamos con ellas textos literarios. Además, se elaboró con las internas papel pintado a mano para las guardas del libro y se realizó la encuadernación de manera artesanal. Estas actividades editoriales permitieron que se acercaran muchas otras mujeres que no se sentían cómodas escribiendo, pero que disfrutaban las labores manuales y sobre todo del clima de sororidad que se creó en ese taller, en el que leíamos novelas, poemas y reflexionábamos acerca de la obra literaria de mujeres y de la condición de género.

El hecho de constituirnos como una colectiva autónoma, capaz de publicar nuestros propios libros, le dio un auge al trabajo colectivo. Constantemente alimentamos su gusto por la escritura a través de donaciones aportadas por los alumnos del doctorado y de otras editoriales independientes y escritoras.

Mareas cautivas (2012) también contó con el apoyo del ya mencionado Programa de Atención a los Públicos Específicos del Estado de Morelos y fue producto de un taller de Historias de vida, construcción de identidades y libros artesanales.

Entusiasmada con los resultados de nuestras publicaciones, la titular de cultura del gobierno demostró especial interés en los proyectos con mujeres en prisión y también dio su aval para el proyecto de Estímulos a la Producción de Literatura Nacional con Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta) y el Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), mediante el cual se otorgó a nuestra colectiva, ahora renombrada ya como Colectiva Editorial Hermanas en la Sombra, el financiamiento para realizar la colección Revelación Intramuros: Divinas ausentes. Antología poética de mujeres en reclusión (2013), Bitácora del destierro. Narrativa de mujeres en prisión (2013) y Libertad anticipada. Intervención feminista de escritura en espacios penitenciarios (2013), de la cual se publicó un tiraje de dos mil colecciones que representan seis mil ejemplares. Una parte importante de esta edición fue donada a centros de reclusión en todo el país, llevando las voces y experiencias de las internas a distintos lugares de México.

La posibilidad de escribir, diseñar y publicar sus propios libros, les permitió a las internas no sólo visibilizar su capacidad artística y creativa, sino que fue una forma de confrontar el estigma y el silenciamiento que existe en la sociedad mexicana en torno a las personas en reclusión.

La Colectiva ha sido también un vínculo entre las mujeres en reclusión y diversas artistas e investigadoras que han realizado trabajo colaborativo en el espacio carcelario. Carolina Corral, también partícipe de la colectiva desde sus inicios, ha realizado diversos documentales que revelan las condiciones de vida de las mujeres en el interior y al reintegrarse a la vida extramuros. El cine es otra de las formas de romper el aislamiento forzoso, inherente a la prisión.


Las utilidades de la venta de las publicaciones van a un fondo que sirve para continuar haciendo más publicaciones y también para apoyar a las mujeres que salen de la cárcel en situaciones de emergencia.

El fortalecimiento y la continuidad de nuestra Colectiva Editorial Hermanas en la Sombra se debe a varios factores. En primer lugar, la constancia de las integrantes originales, R. Aída Hernández Castillo, Marina Ruiz, Carolina Corral y Elena de Hoyos, las cuales han vinculado los trabajos de la Colectiva a otros quehaceres académicos e institucionales. El aval institucional, en todo momento, nos fue otorgado, y encontramos aliados invaluables tanto en el Instituto de Cultura, como en Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social (CIESAS) y muchas otras instituciones y organizaciones, incluso internacionales, como el Grupo Internacional de Trabajo en Asuntos Indígenas (IGWIA), que ha apoyado financieramente la impresión de varios libros, así como del Instituto Morelense de Radio y Televisión, que ha producido las series radiofónicas y ha otorgado el aval frente las autoridades penitenciarias.

Recientemente se unen a la colectiva María Vinós y Daniela Mondragón quienes aportan continuidad al proyecto impartiendo talleres donde la escritura es el eje, en particular Daniela aporta trabajo corporal en las sesiones de escritura. También se integran Paloma Rodríguez quién apoya en los procesos de encuadernación artesanal, Marcia Trejo, quien asiste en la organización de los talleres y en aspectos administrativos y Lucía Espinoza quién ha hecho sus tesis de doctorado y maestría en temas de la Colectiva y participa en el área de divulgación y en los proyectos académicos que se derivan de nuestros trabajos. Al equipo afuera se han unido también mujeres excarceladas que se han capacitado como talleristas y comparten sus experiencias de escritura con otros sectores de la sociedad, entre ellas dos de las pioneras de la Colectiva Marisol Hernández del Águila, Susuki Lee Camacho y Manón Vázquez, así como compañeras de otras generaciones como Florencia Noble, Valentina Castro y Marce Varela. Adentro en el CERESO Femenil de Atlacholoaya, se unen anualmente nuevas compañeras a nuestro proyecto, que crece y se renueva con el talento y la inspiración de las escritoras en reclusión.

Cronología de las producciones y premios de la Colectiva Hermanas en la Sombra

2008 - 2018

2008 Revista Enaguas Zurcidas. Mujeres. Alas. Sombras.

2008-2010 Revista Y ahora que sigue... 20 números.

2009 Bajo la Sombra del guamuchil 1a ed. Documental.

2011 Fragmentos de mujer, libro artesanal. Taller con Marina Ruiz.

2012 Mujeres habitando un sueño de libertad.Libro objeto con plaquettes.

2012 Mareas cautivas. Libro artesanal encuadernado por ellas. Presentado en Congreso de Culturas penales. Universidad de Nottinham, GB

2013 Revelación intramuros. Poesía, narrativa y ensayo. Divinas ausentes. Bitácora del destierro. Libertad Anticipada. Premio Beneficios a la producción de literatura nacional. Bellas artes. Conaculta. Presentado en UK. En las universidades de Cambridge. Manchester y Londres. Plaquettes de poesía Ceguera Iluminada.

2013 Mundos paralelos intramuros. Libro objeto con la Colectiva Mujeres en espiral y el PUEG en Sta Martha Acatitla.

2014 Programa Radio Arte. Bitácora del destierro.

2014 1er lugar Bienal Internacional de radio.

2015 Colección fulgor en la sombra. 3 plaquettes de poesía: Anfitriona invisible, Susuki Lee, Ceguera iluminada de Maria Elena Basave y Carbón encendido de Galia Tonella

2015 Calendario con Obras de las internas en Sumi –e

2016 Bajo la sombra del guamuchil 2a edición.

2016 Documental Semillas de guamuchil. Primer lugar en el concurso de la SCJN. Primer lugar en el FICUNACH. Nominado al Ariel como mejor cortometraje documental 2017

2016 Los sueños de una cisne en el pantano. Leo Zavaleta

2016 Serie radiofónica Cantos desde el guamuchil. 2do lugar en categoría de inclusión en la Bienal internacional de radio. Premio Rostros de la discriminación. Premio estatal de periodismo 2 veces.

2017 Animación documental Amor nuestra presión. Nominado al Ariel 2018 en la categoría. Mejor Cortometraje de Animación. Selección oficial Festival de Annecy 2017. Primer Lugar Concurso de Género y Justicia. Suprema Corte de Justicia de la Nación. Mención Honorífica Festival de Cine de Morelia. Primer Lugar animación Tlanchana Fest. Mención Especial Cut Out Fest “Premio del Jurado a Mejor Cortometraje Penitenciario” Festival Cine de Daroca. “Mejor animación latinoamericana”, Festival Internacional de Cortometrajes Animados, AJAYU, Perú. “Ganador categoría Profesional”, Locomotion. Mención de Honor Festival Internacional de Cine por los Derechos Humanos Bogotá.

2017 Los campos de los sauces de la Rosa de Rosita Salazar Libro póstumo.

2017 Resistencias Penitenciarias. Rosalva Aída Hernández.

2018 Los Dueños de nada. Libro y documental.

2018 Guía de búsqueda con enfoque en la verdad y la justicia.

2019 La esperanza es un epicentro

2021 Caminos de búsqueda en vida. Saberes y experiencias de familias y colectivos. Coedición con Serapaz y Giasf

Prensa

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